
¡Señoras y señores! ¡Pasen y vean! ¡La mayor exposición de libros ambulantes! ¡Los libreros salen a la calle! ¡La cultura al alcance de todos! ¡Presentaciones! ¡Sesiones de firmas! ¡Charlas! ¡Coloquios! ¡Mesas redondas! ¡Talleres literarios! ¡Animación a la lectura! ¡Cuentacuentos! ¡Concursos para los peques! ¡Justas literarias! ¡Lecturas de poemas! ¡Trabalenguas! ¡Adivinanzas!
Pues no, el 85% de lo que pongo arriba no existe. Con cuatro casetas en la calle peatonal más céntrica y por ende más concurrida de Zamora. Tampoco es que la ciudad sea muy grande para que haya muchas más, pero como poco hay unas 15 librerías con cierto peso.
Lo cual me lleva a plantearme, ¿de verdad le interesan al ciudadano medio los libros? En Zamora lo que interesa ahora, es el próximo encuentro frente al Rayo Vallecano que pone en juego el ascenso del equipo de fútbol local a la segunda división nacional. Las colas para sacar entradas sí que están concurridas, y el lugar donde se compran es el mismito en el que se encuentran las casetas y la carpa de la Feria del Libro. Si tira más un balón rodando que...
En fin, da pena. Es triste, porque uno se siente de la tierra y porque en el lugar en el que se encontró ayer David Prieto en su presentación de Urnas de Jade: Leyendas, es muy posible que me encuentre yo a estas alturas del año que viene. Con el mismo éxito de crítica y público, supongo, por decir algo.
No basta con lo complicado que es escribir un libro, publicarlo con una editorial profesional, sin que te saquen los cuartos, las trabas de las distribuidoras, si no que, encima, en tu casa también te ponen cortapisas. No basta con ser un autor joven, de la tierra (insisto), porque no hay muchos escritores de Zamora, bueno Juan Manuel de Prada y ni siquiera es de Zamora. Porque ese autor o autores son embajadores y sus libros diplomáticos que representan a la ciudad a orillas del Duero allá donde aterrice su obra. Pero no, Zamora y los zamoranos somos cerriles.
Que apenas en una librería se puede conseguir el libro y porque el propio autor se puso en contacto con ellos, se han portado bastante bien. Otros: "Ah, es que recibimos lo que nos mandan" Suele ser la respuesta cuando preguntas. Un caso bastante hiriente es el de una librería de Salamanca que trae los libros de la misma editorial donde ha publicado David (y mía en el futuro), justo el anterior al suyo, de un autor americano, el posterior, de otro autor americano con adaptación al celuloide. Pero el de David no. No sé, es que Prieto no debe sonar muy comercial. Se tenía que haber dejado el Black del seudónimo que usaba cuando se presentaba con una copia de Urnas fotocopiada en papel para que me la leyera. David Black, ¿a qué ya os va sonando a autor superventas? Ahí lo tienes. Si hasta os entran ganas de comprarle cualquier novela, porque os recuerda a Dan Brown. Llamándose David Black, el libro tiene que ser bueno a la fuerza, es imposible que resulte mal escrito o aburrido. Ah, que me dicen que no, que es castellano de pura cepa y que de anglosajón nothing de nothing.
Hay veces que uno renegaría con gusto de su origen, asuntos como estos asquean y revuelven el estómago. Nos recuerdan que eso del siglo 21 todavía falta por llegar a algunas partes de España y que la mayoría de Castilla y León sigue anclada en su paletismo, caciquismo, ombliguismo y conservadurismo de antaño.
Pues no, el 85% de lo que pongo arriba no existe. Con cuatro casetas en la calle peatonal más céntrica y por ende más concurrida de Zamora. Tampoco es que la ciudad sea muy grande para que haya muchas más, pero como poco hay unas 15 librerías con cierto peso.
Lo cual me lleva a plantearme, ¿de verdad le interesan al ciudadano medio los libros? En Zamora lo que interesa ahora, es el próximo encuentro frente al Rayo Vallecano que pone en juego el ascenso del equipo de fútbol local a la segunda división nacional. Las colas para sacar entradas sí que están concurridas, y el lugar donde se compran es el mismito en el que se encuentran las casetas y la carpa de la Feria del Libro. Si tira más un balón rodando que...
En fin, da pena. Es triste, porque uno se siente de la tierra y porque en el lugar en el que se encontró ayer David Prieto en su presentación de Urnas de Jade: Leyendas, es muy posible que me encuentre yo a estas alturas del año que viene. Con el mismo éxito de crítica y público, supongo, por decir algo.
No basta con lo complicado que es escribir un libro, publicarlo con una editorial profesional, sin que te saquen los cuartos, las trabas de las distribuidoras, si no que, encima, en tu casa también te ponen cortapisas. No basta con ser un autor joven, de la tierra (insisto), porque no hay muchos escritores de Zamora, bueno Juan Manuel de Prada y ni siquiera es de Zamora. Porque ese autor o autores son embajadores y sus libros diplomáticos que representan a la ciudad a orillas del Duero allá donde aterrice su obra. Pero no, Zamora y los zamoranos somos cerriles.
Que apenas en una librería se puede conseguir el libro y porque el propio autor se puso en contacto con ellos, se han portado bastante bien. Otros: "Ah, es que recibimos lo que nos mandan" Suele ser la respuesta cuando preguntas. Un caso bastante hiriente es el de una librería de Salamanca que trae los libros de la misma editorial donde ha publicado David (y mía en el futuro), justo el anterior al suyo, de un autor americano, el posterior, de otro autor americano con adaptación al celuloide. Pero el de David no. No sé, es que Prieto no debe sonar muy comercial. Se tenía que haber dejado el Black del seudónimo que usaba cuando se presentaba con una copia de Urnas fotocopiada en papel para que me la leyera. David Black, ¿a qué ya os va sonando a autor superventas? Ahí lo tienes. Si hasta os entran ganas de comprarle cualquier novela, porque os recuerda a Dan Brown. Llamándose David Black, el libro tiene que ser bueno a la fuerza, es imposible que resulte mal escrito o aburrido. Ah, que me dicen que no, que es castellano de pura cepa y que de anglosajón nothing de nothing.
Hay veces que uno renegaría con gusto de su origen, asuntos como estos asquean y revuelven el estómago. Nos recuerdan que eso del siglo 21 todavía falta por llegar a algunas partes de España y que la mayoría de Castilla y León sigue anclada en su paletismo, caciquismo, ombliguismo y conservadurismo de antaño.
©2008 Alejandro Guardiola
La Feria del Libro en La Opinión de Zamora
Créditos: foto de Antramir en Flickr.com.
Comentarios
Y así todo.
Eso sí, si publicas un libro de mulas, mafiosos o guerrilleros, lo venden falsificado hasta en la calle.
Es que de verdad da verguenza.
Sobre todo si en países como Inglaterra, los escritores son eximidos hasta de impuestos, para que puedan dedicarse de lleno a su labor.
Lo que creo que nos va tocar hacer, es escribir en la lengua de Shakespeare, para ver si tenemos suerte con una editorial anglosajona.
Y si, si no es por Lis, nada de nada, pero ya está muy quemado de cargar con el tema cada año.
Nos encanta Mara, ¿Verdad David?
Un saludo Labana.