Me doy cuenta que tengo abandonada por completa esta sección y que se me acumulan unos cuantos libros para comentar en unas breves líneas.
Esencia O
scura, de
Tim Powers. Creo que lo empecé a leer, más bien a devorar, justo después de terminar con la notable
Danza de Tinieblas, ya comentada en
Autores Favoritos. La novela del americano, también parte de unos planteamientos históricos para darle un marco reconocible y unas pinceladas de credibilidad a su obra. Brian Duffy es un espadachín a sueldo, bregado en mil batallas y en los últimos días de su gallardía, que es contratado en Venecia por un extraño anciano para encargarse de la defensa de una milenaria cervecería de Viena contra los turcos que amenazan con tomar la ciudad alpina. Cuando atraviesa los Alpes, se da cuenta que una serie de criaturas grotescas y extrañas le siguen sin dañarle. En ese punto comienza una historia que mezcla fantasía, los mitos artúricos con las novelas de capa y espada que no defraudarán al lector. La reinvención de los mitos y el aprovechamiento de estos para celebrar una contienda entre el bien y el mal resultan el trasfondo de una novela amena y entretenida que se lee con voracidad.
Silencio, de
Rampsey Campbell. El maestro inglés del terror, nos invita a un barrio típico de clase media de Londres. La familia compuesta por madre e hijo vuelven a casa después de un tiempo, pues un psicópata que se hacía pasar por albañil había enterrado el cadáver de una niña en el cemento de su cocina. Con tan macabro punto de partida, Campbell nos da pie a conocer a los personajes, la figura del asesino que siempre flota en el ambiente, el rechazo de los vecinos porque regresen a vivir a la casa. Además el asesino en serie vuelve a actuar, muy cerca de la familia. A pesar de que está etiquetada como terror, en realidad cuenta con mayores dosis de suspense. Los estupendos diálogos son el vehículo que provocan un verdadero desasosiego en el lector, cortantes, contundentes, nunca acabados, a los que suele interrumpir el sonido del teléfono que siempre constituye portador de malas noticias para los personajes. A pesar de ello, Campbell no consigue remontar el interés que propone en las primeras páginas. El asesino en serie, sean cuales sean sus motivos, está muy quemado por las producciones cinematográficas.
La Estación de la Calle Perdido, de
China Mieville. Si estáis dispuestos a abordar esta novela, enhorabuena, si además la habéis terminado, contaros entre uno de los seguidores de este joven escritor británico. ¿Por qué expreso esto? Pues porque la colosal, novela, po

r longitud, además de su complejidad, sus detalles y la riqueza del mundo que describe, no es para todos. Seguro que muchos se atrevieron con ella y lo dejaron en la página cien. Bueno, tan solo hay que seguir hasta el final para darnos cuenta que su lectura, llena de dificultades, merece la pena. Hablamos de una narración que podría inscribirse dentro del subgénero del
steampunk, de la ciencia ficción. Es la historia de Un científico teórico Isaac Dan der Grimnebulin, desarrolla su conocimientos en la ciudad-estado postapocalípitica de Nueva Crobuzón. Y digo podría, porque además de los planteamientos científicos y sociales, existe también una fantasía tácita. Un miembro de la raza de hombres-pájaro, los Garuda, le pide a Isaac que le reimplante las alas por medio de su ciencia. Las investigaciones de Isaac y su compromiso con Yagaharek el garuda le conducirán a caminos que nunca había explorado, poniendo en riesgo a sus conocidos y amigos.
Una obra densa, espesa, que recuerda en todo momento a la trilogía de Gormenghast de Mervyn Peake, sólo que Mieville no se limita a los muros de un castillo, sino que crea una megalópolis, por la que se mueven sus personajes.
©2008 Alejandro Guardiola
Comentarios
No lo recomendaría para quien lee en el autobús o en el metro o antes de acostarse.
Un saludo.