Siguiente reseña de esta antología de cuentos de fantasmas
"Fantasmas y samuráis, Cuentos modernos del Viejo Japón" (Quaterni 2013)
reúne doce historias de fantasmas ambientadas en un Japón tradicional,
escritas por un autor a caballo entre el siglo XIX y el XX.
Al principio del volumen encontramos una estupenda introducción del traductor Isami Romero. En ella nos presenta los hechos más importantes en la biografía y en la obra del autor Okamoto Kidô, además de proporcionar un estupendo contexto sobre la situación de Japón para comenzar a disfrutar de los cuentos. Y no es otra que el enorme cambio de un país regido por estructuras feudales a otro moderno, abierto a las influencias y al comercio con Occidente.
Un exabogado y escritor de haikus decide reunir a una serie de conocidos en su casa para contar historias sobrenaturales. El propio anfitrión designará al primero en contar su historia y le seguirán el resto de los invitados. Los sencillos cuentos, no demasiado largos en longitud, tienen en común que transcurren en una época del pasado y puede verse en ellos una especie de nostalgia por el Japón del pasado, una nación que ya no existe como tal.
En los cuentos esa mayor o menor añoranza por el Japón tradicional, del que sus personajes se lamentan por la pérdida de costumbres autóctonas, se verá reflejado en la antigüedad de los hechos que nos cuentan. Las narraciones siempre estarán inscritas dentro de un periodo histórico, cuanto más separado del momento presente del escritor (1925), más nos daremos cuenta de esas diferencias entre un país casi medieval y esa otra nación que lucha por modernizarse a pasos forzados a costa de perder muchas de sus tradiciones.
Las historias de Okatomo Kidô se encuentran estructuradas en tres partes, que corresponderían al tipo clásico de planteamiento, nudo y desenlace. Normalmente en la primera secuencia nos presentan al narrador y la época histórica en la que se dice que ocurrió la historia, para terminar por resolverse en unas pocas páginas en la tercera parte.
Los diferentes narradores van a coincidir en darle verosimilitud a su cuento, tanto situándolo en un periodo histórico, como en un lugar geográfico y siempre les ha llegado esa historia a través de su propia experiencia o por medio de familiares o amigos.(...)"
Al principio del volumen encontramos una estupenda introducción del traductor Isami Romero. En ella nos presenta los hechos más importantes en la biografía y en la obra del autor Okamoto Kidô, además de proporcionar un estupendo contexto sobre la situación de Japón para comenzar a disfrutar de los cuentos. Y no es otra que el enorme cambio de un país regido por estructuras feudales a otro moderno, abierto a las influencias y al comercio con Occidente.
Un exabogado y escritor de haikus decide reunir a una serie de conocidos en su casa para contar historias sobrenaturales. El propio anfitrión designará al primero en contar su historia y le seguirán el resto de los invitados. Los sencillos cuentos, no demasiado largos en longitud, tienen en común que transcurren en una época del pasado y puede verse en ellos una especie de nostalgia por el Japón del pasado, una nación que ya no existe como tal.
En los cuentos esa mayor o menor añoranza por el Japón tradicional, del que sus personajes se lamentan por la pérdida de costumbres autóctonas, se verá reflejado en la antigüedad de los hechos que nos cuentan. Las narraciones siempre estarán inscritas dentro de un periodo histórico, cuanto más separado del momento presente del escritor (1925), más nos daremos cuenta de esas diferencias entre un país casi medieval y esa otra nación que lucha por modernizarse a pasos forzados a costa de perder muchas de sus tradiciones.
Las historias de Okatomo Kidô se encuentran estructuradas en tres partes, que corresponderían al tipo clásico de planteamiento, nudo y desenlace. Normalmente en la primera secuencia nos presentan al narrador y la época histórica en la que se dice que ocurrió la historia, para terminar por resolverse en unas pocas páginas en la tercera parte.
Los diferentes narradores van a coincidir en darle verosimilitud a su cuento, tanto situándolo en un periodo histórico, como en un lugar geográfico y siempre les ha llegado esa historia a través de su propia experiencia o por medio de familiares o amigos.(...)"
Puedes leerla completa en Fantasymundo.
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