Os presento mi última reseña de este lote, La mala madre de Sophie Hannah, un thriller que no ha conseguido engancharme.
"Sophie Hannah es una autora británica de varios thrillers psicológicos entre los que "La mala madre" (Duomo/Booket, 2013) corresponde a la tercera entrega dentro de la serie dedicada a la ciudad de Spilling.
Sally Thorning es una mujer en la treintena, casada, trabajadora y con dos niños, Zoe y Jake, de cuatro y dos años. Sally se encuentra muy agobiada porque apenas puede compaginar su jornada laboral con el cuidado de los niños y su marido, Nick, no es que le ayude demasiado con las tareas de la casa y con los críos. Su mayor problema consiste en que no es capaz de encontrar una niñera que pueda quedarse con sus hijos durante las vacaciones escolares de otoño, porque su canguro habitual le ha fallado.
La protagonista va navegando como mejor puede por su insípida existencia de clase media, hasta que esa rutina se rompe al ver en la televisión que una madre y su hija han aparecido muertas en una casa de Spilling. Geraldine, la madre, y Lucy, la hija, Bretherick han sido encontradas sin vida por Mark Bretherick, marido y padre, respectivamente. A Sally le suena aquel nombre, sin embargo, el rostro compungido por la pérdida de su familia que aparece en la pantalla no se corresponde con el del mismo hombre que ella conoció cerca de un año atrás.
A partir de ese punto las cosas se complicarán para Sally.
"La mala madre" está contada desde tres puntos de vista, todos ellos en una primera persona de narrador testigo. Se corresponde con la visión de Sally, la de los policías que investigan el caso de la muerte de Geraldine y Lucy, repartida entre Simon Waterhouse y la inspectora Charlie Zailer. El tercer punto de vista correrá a cargo de la propia Geraldine Bretherick en forma de su diario personal encontrado en su ordenador por los investigadores y del que la autora nos irá revelando varias piezas a medida que avanza la historia.
Sally Thorning es una mujer en la treintena, casada, trabajadora y con dos niños, Zoe y Jake, de cuatro y dos años. Sally se encuentra muy agobiada porque apenas puede compaginar su jornada laboral con el cuidado de los niños y su marido, Nick, no es que le ayude demasiado con las tareas de la casa y con los críos. Su mayor problema consiste en que no es capaz de encontrar una niñera que pueda quedarse con sus hijos durante las vacaciones escolares de otoño, porque su canguro habitual le ha fallado.
La protagonista va navegando como mejor puede por su insípida existencia de clase media, hasta que esa rutina se rompe al ver en la televisión que una madre y su hija han aparecido muertas en una casa de Spilling. Geraldine, la madre, y Lucy, la hija, Bretherick han sido encontradas sin vida por Mark Bretherick, marido y padre, respectivamente. A Sally le suena aquel nombre, sin embargo, el rostro compungido por la pérdida de su familia que aparece en la pantalla no se corresponde con el del mismo hombre que ella conoció cerca de un año atrás.
A partir de ese punto las cosas se complicarán para Sally.
"La mala madre" está contada desde tres puntos de vista, todos ellos en una primera persona de narrador testigo. Se corresponde con la visión de Sally, la de los policías que investigan el caso de la muerte de Geraldine y Lucy, repartida entre Simon Waterhouse y la inspectora Charlie Zailer. El tercer punto de vista correrá a cargo de la propia Geraldine Bretherick en forma de su diario personal encontrado en su ordenador por los investigadores y del que la autora nos irá revelando varias piezas a medida que avanza la historia.
El libro tiene los ingredientes para
constituir un thriller en toda regla: el crimen, el misterio de
descubrir quién se encuentra detrás de los asesinatos, la investigación
policial, la transformación de un hecho fortuito y aislado en uno
personal que pone la vida de uno de los personajes en peligro… Aunque la
exposición y la ejecución de estos elementos fallan y no consiguen su
cometido.(...)"
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