Sí, sucede cuando has puesto toda tu ilusión en un proyecto y no te dan de paso después de esperar mucho tiempo. Eso es habitual en el día a día de la gente que pasamos el rato escribiendo (todavía me viene grande "escritor"). Desde ese relato que nos hemos currado para un concurso, que jamás apareció entre la lista de finalistas, esa antología que es la mejor del mundo mundial y con la que hemos sudado bytes y píxels, hasta nuestra querida niña, nuestra novela del alma, a la que amamos más que a nuestra novia, que acumula más rechazos editoriales que Cristiano Ronaldo chicas monas.
Hay quienes se lo toman como un fracaso, otros piensan que el mundillo editorial está lleno de gente inculta y que no sabe apreciar su arte. Servidor con el tiempo y la acumulación de rechazos, he aprendido a tomármelo con filosofía. Si no funciona para determinado concurso, selección, antología o lo que sea, es que no es lo bastante bueno. Puedes reescribirlo, revisarlo, poner el cuento o la novela patas arriba, a veces resulta. A mí, me ha ocurrido que determinada historia que ni siquiera se ha colado entre los finalistas, resulta que en otro certamen consigue entrar entre los publicables.
¿Y a qué viene esto? Pues claro, hemos recibido un rechazo en fechas recientes. Es un proyecto muy bonito con más gente que, desde el principio, estaba destinado a salir a la luz, sí o sí. Sólo que hemos pretendido aplazar un poquito eso que teníamos seguro y hacernos a la aventura. Bien ,el barco se ha estrellado, vamos ahora a por la barca. Por suerte o por desgracia, sólo hemos perdido el tiempo.
No había comentado nada por aquí, pero en su debido momento, lo haré y hablaremos de él y de otros que vendrán.
Y a otra cosa, mariposa.
Hay quienes se lo toman como un fracaso, otros piensan que el mundillo editorial está lleno de gente inculta y que no sabe apreciar su arte. Servidor con el tiempo y la acumulación de rechazos, he aprendido a tomármelo con filosofía. Si no funciona para determinado concurso, selección, antología o lo que sea, es que no es lo bastante bueno. Puedes reescribirlo, revisarlo, poner el cuento o la novela patas arriba, a veces resulta. A mí, me ha ocurrido que determinada historia que ni siquiera se ha colado entre los finalistas, resulta que en otro certamen consigue entrar entre los publicables.
¿Y a qué viene esto? Pues claro, hemos recibido un rechazo en fechas recientes. Es un proyecto muy bonito con más gente que, desde el principio, estaba destinado a salir a la luz, sí o sí. Sólo que hemos pretendido aplazar un poquito eso que teníamos seguro y hacernos a la aventura. Bien ,el barco se ha estrellado, vamos ahora a por la barca. Por suerte o por desgracia, sólo hemos perdido el tiempo.
No había comentado nada por aquí, pero en su debido momento, lo haré y hablaremos de él y de otros que vendrán.
Y a otra cosa, mariposa.
Comentarios
Y si se lo han pensado tanto y no nos han mandado a la mierda a la primera, es porque el proyecto tiene algo...
Ánimo. Seguro que en otro sitio saben apreciar mejor vuestro arte escribiendo.
A la Rowling (o como se escriba) le dieron calabazas y mira el Harry Potter...
La pena es el tiempo que nos han tenido liados sin poder dar un paso en ningún sentido.
Y muy pronto, contaremos por aquí y en otros lados en qué consiste la cosa. Paciencia.
Y hay otro terminado, y un tercero en marcha ;)-
Ya lo sabes amigo mío.
Stephen King solía pegar las cartas de rechazo en una cartelera justo encima de su sitio de trabajo. Decia que verlas todos los días le animaba a trabajar con más ahínco.
Uno de los mejores rechazos que recuerdo es el de la antología Visiones 2006. Mariano Villarreal me explicó con fundamentos y argumentos como nadie ha hecho jamás con un escrito mío, por qué mi relato no era lo suficientemente bueno para entrar en la selección. Ni que decir cabe que tomé su crítica y revisé el relato. Despúes fue publicado en el e-zine Aurora Bitzine. ;)
Por cierto, lo de la novela que amamos más que a nuestra novia, estoy de acuerdo, y también voy acumulando más rechazos que otra cosa. Lo mejor es no desesperar: la vida son cuatro días y no vale la pena estar cabreado 3 días y medio.