Así reza la cabecera de uno de los tebeos con los que más estoy disfrutando en los últimos meses. Conoceréis la historia del personaje, y si no yo os hago un pequeño resumen. Matt Murdock sufrió un accidente con residuos nucleares que le causaron una ceguera, pero al mismo tiempo multiplicaron sus otros sentidos hasta un nivel super humano. Resultado, con entrenamiento en artes marciales, el bueno de Matthew se convirtió en Daredevil, justiciero vestido de rojo que lucha contra el crimen en el barrio neoyorquino de la cocina del infierno.
Daredevil siempre ha sido uno de los iconos de la Marvel, aunque un peldaño por debajo de Spiderman, La Patrulla X, Los Vengadores o el mismo Lobezno en solitario. El cuernecitos ha contado con artistas de la talla de Frank Miller, Ann Nocenti, Bill Sienckiewicz, John Romita Jr. o Klaus Janson pergeñando sus historias, en sagas y arcos argumentales míticos, que los aficionados califican de obras de arte dentro del género. No, no hablaré de ellos, pues bastante se ha dicho y escrito ya.
Quiero comentar la etapa del guionista Brian Michael Bendis y del dibujante Alex Maleev que finalizó el mes pasado en el número 81 americano. Sí, queridos fans de Bendis, se terminó. Una etapa plagada de fenomenales episodios, situaciones increíbles en las que nunca esperábamos ver al protagonista. Bendis ha manejado el destino del superhéroe con maestría, poniéndole en situaciones inusuales, controvertidas y difíciles. Entre todas ellas, que un periódico publique su identidad secreta, el personaje reacciona demandando al diario, iniciándose una persecución al hombre por los medios para intentar captar unas imágenes de Murdock como el diablo rojo.
Bendis le ha dado un mayor categoría a la franquicia, situándola entre los tebeos de mayor calidad. Lo curioso es que en muchos episodios, Matt Murdock ni siquiera se viste el traje de Daredevil. Cada 24 páginas de Bendis deseabas que llegara el mes siguiente para continuar leyendo. El curioso y oscuro dibujo de Alex Maleev se ha complementado a la perfección con la narración del guionista. Bendis prácticamente le ha dado a la serie un halo de género negro, casi policíaco (recordemos sus episodios de Sam y Twitch para Image), alejándose un poco del manido comic de tipos superpoderosos que no hacen más que pegarse de tortas con los cutres villanos habituales.
Os recomiendo que lo pidáis prestado a algún colega (si no lo tenéis) y que lo leáis. Ya comentaré más sobre este guionista.
Adiós Brian Bendis, bienvenido Ed Brubaker.
Daredevil siempre ha sido uno de los iconos de la Marvel, aunque un peldaño por debajo de Spiderman, La Patrulla X, Los Vengadores o el mismo Lobezno en solitario. El cuernecitos ha contado con artistas de la talla de Frank Miller, Ann Nocenti, Bill Sienckiewicz, John Romita Jr. o Klaus Janson pergeñando sus historias, en sagas y arcos argumentales míticos, que los aficionados califican de obras de arte dentro del género. No, no hablaré de ellos, pues bastante se ha dicho y escrito ya.
Quiero comentar la etapa del guionista Brian Michael Bendis y del dibujante Alex Maleev que finalizó el mes pasado en el número 81 americano. Sí, queridos fans de Bendis, se terminó. Una etapa plagada de fenomenales episodios, situaciones increíbles en las que nunca esperábamos ver al protagonista. Bendis ha manejado el destino del superhéroe con maestría, poniéndole en situaciones inusuales, controvertidas y difíciles. Entre todas ellas, que un periódico publique su identidad secreta, el personaje reacciona demandando al diario, iniciándose una persecución al hombre por los medios para intentar captar unas imágenes de Murdock como el diablo rojo.
Bendis le ha dado un mayor categoría a la franquicia, situándola entre los tebeos de mayor calidad. Lo curioso es que en muchos episodios, Matt Murdock ni siquiera se viste el traje de Daredevil. Cada 24 páginas de Bendis deseabas que llegara el mes siguiente para continuar leyendo. El curioso y oscuro dibujo de Alex Maleev se ha complementado a la perfección con la narración del guionista. Bendis prácticamente le ha dado a la serie un halo de género negro, casi policíaco (recordemos sus episodios de Sam y Twitch para Image), alejándose un poco del manido comic de tipos superpoderosos que no hacen más que pegarse de tortas con los cutres villanos habituales.
Os recomiendo que lo pidáis prestado a algún colega (si no lo tenéis) y que lo leáis. Ya comentaré más sobre este guionista.
Adiós Brian Bendis, bienvenido Ed Brubaker.
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