Don't let the bastards grind you down es un línea de Acrobat una de las canciones que estaba en el Achtung Baby de U2, posiblemente una de las menos conocidas entre el gran público, para mí una de las mejores letras que ha escrito Bono. Literalmente significa: no dejes que los cabrones te machaquen.
Esta semana hemos asistido en redes a un espectáculo bochornoso en el mundillo literario en el que me muevo. No voy a entrar a valorar quién tiene razón, quién dijo qué, ni si esos comentarios iban dirigidos a otras personas y con otras intenciones. La idea que puede percibir una persona que no esté al tanto de estas cosas es que los escritores se dedican a lanzarse puñaladas por las redes como deporte. Y es posible que en algunos casos tenga razón. Pero no es de lo que se trata. O bien no debería de serlo.
Escribo más o menos desde los dieciocho años, aunque de forma un poco más seria desde los veinticuatro. O sea, hace más de catorce. Jamás pensé que llegaría a publicar un escrito mío de manera más o menos profesional. Pero lo hice y lo sigo haciendo, con mejor o peor suerte. Tres novelas publicadas, relatos míos en más de una decena de antologías (y un par más por ser publicadas). Además de lo que permanece por ahí inédito, en total otras dos novelas, una tercera a medias a la que en algún momento regresaré y otra en la que estoy colaborando; se me olvidaba, un proyecto de serie de televisión. Y aunque parezca lo contrario: no, no lo dejo, ni lo dejaré. Aunque lleve más de dos años sin escribir nada más extenso que unos relatos. No dejo de escribir porque creo que todavía me queda mucho por decir, porque pienso que puedo aportar algo, porque me parece que tengo historias por contar.
En la literatura hay muchas envidias, vuelan los egos y las puñaladas traperas, incluso a niveles tan insignificantes en el conjunto de la industria como el mío. Hay gente que vive de poner palos a los demás para que se tropiecen, tirar la piedra y esconder la mano, hacerse cuentas falsas en redes sociales para poner a parir la obra de un autor que le cae mal (sí, esto sucede, lo he sufrido yo y mucha otra gente), otros que utilizan a sus minions o fans para atacarte porque no son lo bastante valientes para hacerlo cara a cara... Y muchas otras mezquindades que no viene a cuento comentar. Son cosas que están ahí y que con Facebook, Twitter, Instagram y demás parece que se amplifican y que cada día son más frecuentes. Es una lástima que lo que más nos gusta esté repleto de estas mierdas y que haya tanto miserable suelto con tanto tiempo libre en lugar de centrarse en crear.
No pretendo ir contra nadie, eso que quede claro. Ni dar lecciones. No soy maestro de nada, tengo curiosidad y me gusta aprender para ser mejor en cualquier campo. No me creo mejor que nadie. Soy de los que prefiero que sea mi trabajo el que hable por mí, si no ha sido así, entonces es que no soy lo bastante bueno y que tengo que continuar trabajando para conseguirlo. Y en ello estoy, porque mi idea es que siempre habrá alguien que escriba mejor que tú o que haya leído más que tú. Así que trabajaré duro.
Espero que esta especie de ¿reflexión?, ¿opinión?, ¿pensamiento en voz alta?, os sirva y os aporte algo, desde luego esa ha sido mi intención con este contenido un poco diferente a lo que suelo traer por aquí.
No seáis ruines, no seáis mezquinos, no seáis miserables, no seáis falsos. Y sobre todo: Don't let the bastards grind you down.
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