
Comenzó media hora tarde y el bar estaba a reventar. Jorge San Román, salmantino él, nos agradeció la presencia y nos explicó en qué consistía Duelos y Quebrantos, una recopilación de relatos macabros, gore, surrealistas, disparatados, llenos de humor negro, sexo y casquería. Tras la breve presentación nos leyó un par de relatos bastante divertidos.
A continuación el otro autor de los textos el legendario Germán Coppini, ex-miembro de Golpes Bajos y de Siniestro Total, nos ofrece la lectura de otro par de textos. Según terminó y para amenizar la velada, le acompañaban un par de músicos, Patacho Recio y Carlos Rodríguez, denominados Germán Coppini y los Germanetes. Atacaron un par de canciones en formato acústico y en consonancia con los relatos contenidos en Duelos y Quebrantos. La más curiosa y divertida fue Invocación, una oda a Belcebú.
Después se produjo uno de los momentos más bizarros de la noche, si acaso aquello era posible, una suerte de espantajo, aparentando ser un vampiro extranjero, con acento italiano y caracterizado con unas uñas que parecían de papel le hizo entrega a Paul Naschy de un anillo. Tras el momento surrealista, el vampiro comentó que claro nosotros no lo entendíamos pero él sí.
Se sucedieron más lecturas y otro par de temas musicales. Hacia el final, el ilustrador Gran Miracoloso leía uno de los mejores cuentos de la noche: una receta para cocinar una cabeza humana y que arrancó las mayores carcajadas del respetable.
Para finalizar los autores se despidieron y Germán Coppini y los suyos nos regalaron con Ayatola y Bailaré sobre tu tumba, de su época en Siniestro Total y que la gente coreó y bailó a rabiar.
Terminado el sarao en sí, nos dedicamos a abordar a los autores para que nos dedicaran el libro, "currátelo, que estos dos son escritores" les espetaba nuestro colega Tomás Hijo y amigo de Jorge San Román. Conseguidas las firmas pertinentes nos lanzamos al que era nuestro gran objetivo de la noche: conseguir que Paul Naschy posara con la copia de ¡Jodido Lunes! que habíamos traído. Nos acercamos titubeantes, primero nos rubricó el libro, luego le explicamos el asunto, al que accedió encantado y sin rechistar. Prueba superada.
Nos despedimos de Tomás y de Juanma, al que le encargaron el chiringuito de los libros, y para casa.
Comentarios
JM
¿En Pucela nunca hacen nada parecido?
Ya verás cuando se lo diga mañana... ;)