El tema de la lectura, que los chavales no leen es recurrente. Cuando vienen las madres a la academia a informarse, suelen plantearme que su hijo o hija no comprende las asignaturas cuando las estudia, que no le da tiempo a terminar los exámenes, que la profe de turno les ha dicho que no se expresa bien, ni de forma oral ni escrita y que además comete muchas faltas de ortografía. Siempre les pregunto ¿el niño lee? En un principio, puede parecer una tontería y a muchos padres de hecho se lo parece, pero todos esos problemas que me comentan de falta de atención, distracciones, poca concentración, nulo aprovechamiento del tiempo de estudio, dificultades para plasmar en un papel sus conocimientos, se solucionarían si desde bien pequeños les hubieran inculcado el hábito de la lectura.
Hace un tiempo, salió un informe de esos que realizan las agencias europeas, o estatales que no lo recuerdo bien, en el que España suspendía de forma notable en comprensión lectora. Es decir no leen, no entienden lo importante, no saben sintetizar, de hacer un esquema o un resumen ni hablamos, los libros de las asignaturas están sin subrayar ¿y pretenden que el crío sea un lumbrera?
Pues siento decirlo yo, que me dedico a la educación, pero no. Y es trabajo de los padres, que los críos deben hacer en casa, en su tiempo de ocio. Leer lo que les apetezca, Jerónimo Stilton, Harry Potter, Manolito Gafotas, los de Cornelia Funke, lo que sea, pero que lean un libro. Lo importante es hacerles ver que leer no son unos deberes más, sino una actividad, que les va ayudar en sus estudios. Tengo comprobado, que la muchachada lectora, se expresa mejor, comprende enseguida las explicaciones, es ordenada en sus exámenes, sabe cuál es la parte principal de un texto y cuál la superflúa.
Lo más exasperante del asunto, es que hay muchos colegios que no colaboran. Críos de los primeros cursos de primaria con dos y tres horas de deberes diarias, y que a veces no terminan en una tarde, es exagerado, porque al final no tienen tiempo para jugar. Los niños tienen que tener cierto tiempo al día para jugar y para leer. Leer como una actividad cotidiana más, como comer tres veces al día, como salir al recreo a jugar con los amigos, como ir a ver a los abuelos o a los primos.
En definitiva, que si no les metemos el gusanillo de la lectura desde bien pequeñitos no adquirirán una serie de estrategias que resultan fundamentales para su formación. Por eso los talleres literarios y de animación a la lectura de gente como David Mateo, me parecen iniciativas muy interesantes y enriquecedoras para esos chavales.
Si no se comienza desde casa, con el apoyo y el esfuerzo de la familia, con la colaboración de los padres, poco puede hacerse.
Hace un tiempo, salió un informe de esos que realizan las agencias europeas, o estatales que no lo recuerdo bien, en el que España suspendía de forma notable en comprensión lectora. Es decir no leen, no entienden lo importante, no saben sintetizar, de hacer un esquema o un resumen ni hablamos, los libros de las asignaturas están sin subrayar ¿y pretenden que el crío sea un lumbrera?
Pues siento decirlo yo, que me dedico a la educación, pero no. Y es trabajo de los padres, que los críos deben hacer en casa, en su tiempo de ocio. Leer lo que les apetezca, Jerónimo Stilton, Harry Potter, Manolito Gafotas, los de Cornelia Funke, lo que sea, pero que lean un libro. Lo importante es hacerles ver que leer no son unos deberes más, sino una actividad, que les va ayudar en sus estudios. Tengo comprobado, que la muchachada lectora, se expresa mejor, comprende enseguida las explicaciones, es ordenada en sus exámenes, sabe cuál es la parte principal de un texto y cuál la superflúa.
Lo más exasperante del asunto, es que hay muchos colegios que no colaboran. Críos de los primeros cursos de primaria con dos y tres horas de deberes diarias, y que a veces no terminan en una tarde, es exagerado, porque al final no tienen tiempo para jugar. Los niños tienen que tener cierto tiempo al día para jugar y para leer. Leer como una actividad cotidiana más, como comer tres veces al día, como salir al recreo a jugar con los amigos, como ir a ver a los abuelos o a los primos.
En definitiva, que si no les metemos el gusanillo de la lectura desde bien pequeñitos no adquirirán una serie de estrategias que resultan fundamentales para su formación. Por eso los talleres literarios y de animación a la lectura de gente como David Mateo, me parecen iniciativas muy interesantes y enriquecedoras para esos chavales.
Si no se comienza desde casa, con el apoyo y el esfuerzo de la familia, con la colaboración de los padres, poco puede hacerse.
Comentarios
Gracias a ellos ahora soy un gran amante de las letras, no solo como lector sino también como escritor.
JM
Lástima que los padres a los que les interesan estas cosas,seguramente, no la lean... Que es otro de los grandes problemas, la falta de ejemplo.
Un abrazo.
La lectura puede y debe ser divertida, enseñarlo a nuestros pipiolos es tarea de papáses.